Estilo literario
El estilo de Dickens es florido y poético, con un fuerte toque cómico.
Sus sátiras sobre el esnobismo de la aristocracia británica —él llamaba a uno
de sus personajes “El Refrigerador Noble” son a menudo populares. Comparaciones
de huérfanos con accionistas o comensales con muebles son algunas de sus más
aclamadas ironías.
Personajes
Dickens lo han llamado un autor cuyos personajes son de los más
memorables y creativos en la literatura inglesa--si no exclusivamente por sus
peculiaridades insólitas, con certeza por sus nombres. Personajes, como Ebenezer
Scrooge,
Fagin, Mrs. Gamp, David Copperfield, Charles Darnay, Oliver Twist, Micawber,
Pecksniff, Miss Havisham, Wackford Squeers y muchos otros, son tan bien
conocidos, que se puede hasta creer que tienen una vida fuera de sus novelas y
que sus historias continuarían con otros autores. A Dickens le encantaba el
estilo del siglo XVIII, el romance gótico, incluso lo llegó a tomar a juego
—Jane Austen's Northanger Abbey fue una muy conocida parodia— y mientras
algunos son grotescos, sus excentricidades no suelen eclipsar sus historias.
Uno de los personajes mejor dibujados dentro de sus novelas es la misma
Londres. Desde los bares de las afueras de la ciudad hasta las orillas del
Támesis, todos los aspectos de la capital británica son descritos por alguien
que la amaba verdaderamente y que pasaba muchas horas caminando por sus calles.
Tecnicas Literarias
A menudo Dickens
usaba idealizados personajes y escenas de alto toque sentimental contrastando
con sus caricaturas y las terribles verdades sociales que revelaba. La larga
escena de la muerte de la pequeña Nell en la Vieja tienda de
antigüedades (1841) fue recibida como increíble y conmovedora por los
lectores de su época, pero fue vista como ridículamente sentimental por Oscar Wilde. En 1903 Chesterton dijo, acerca del mismo
tema, «No es la muerte de la pequeña Nell, sino la vida de la pequeña, lo que
objeto».
En Oliver Twist, Dickens proporciona a los lectores un idealizado
retrato de un joven irrealmente bueno, cuyos valores jamás son subvertidos por
brutales orfanatos o forzadas intervenciones en una banda de pequeños
carteristas. También sus posteriores novelas se centran en personajes
idealizados (como Esther Summerson en Casa desolada y Amy Dorrit
en La pequeña Dorrit) este idealismo sirve solo para destacar el
fin de Dickens de conmover con su crítica social. La mayoría de sus novelas
están relacionadas con el realismo social, enfocándose en mecanismos de control
social que dirigen las vidas de las personas (por ejemplo en las redes
industriales en Tiempos difíciles y códigos de clase hipócritas y
excluyentes en Nuestro amigo mutuo).
Dickens también emplea increíbles coincidencias (por ejemplo, Oliver
Twist resulta ser el sobrino perdido de una familia de la alta sociedad que por
azar lo rescata de un peligroso grupo de carteristas). Estas coincidencias son
comunes en el siglo XVIII — siglo de las novelas picarescas (como Tom
Jones de Henry Fielding), que Dickens disfrutaba bastante. Para
Dickens esto era un índice de un Cristianismo humanitario que lo llevaba a
creer que el bien al final siempre vence, incluso de formas inesperadas. Viendo
esto desde un contexto biográfico, la vida de Dickens, contra lo que se
esperaba, lo llevó desde una desconsolada niñez forzado a trabajar largas horas
en una fábrica de botas a la edad de 12 años (cuando su padre se encontraba en
la prisión por deudas) hasta su estatus como el novelista más popular de
Inglaterra a la edad de 27 años.
`polllaqa
ResponderBorrarme vas a comer la polla hijo de puta
Borrarhola putita
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